viernes, 1 de julio de 2016

Por éstas calles, las de hoy en día.










S
e ha dicho que Venezuela siempre se ha caracterizado por ser un referente en lo que a producciones dramáticas se trata  y los años 80 y 90 fueron la época de apogeo en la cual muchísimas telenovelas llegaron a los más altos niveles de rating nacional y la competitividad entre los canales de señal abierta era ardua en lo que a este género se refiere. El desaparecido canal RCTV o Radio Caracas Televisión, cuya concesión para transmitir en señal abierta fue revocada el 27 de mayo del 2007 por el entonces Presidente de la República Hugo Chávez, por considerar que la planta televisiva tenía gran responsabilidad en los sucesos acaecidos en Venezuela durante el año 2002 que desembocarían en un golpe de estado; Estrenó el día el 3 de junio de 1992 la telenovela “Por éstas calles” creada por Ibsen Martínez y dirigida por Renato Gutiérrez. 


El dramático contó con un reconocido elenco, entre ellos: Marialejandra Martín, Aroldo Betancourt, Carlos Villamizar, Gledys Ibarra, Franklin Virgüez, Roberto Lamarca, Alicia Plaza, Roberto Moll, Héctor Mayerston, Carlota Sosa, Henry Soto, Amílcar Rivero y otros entonces nuevos talentos de la televisión venezolana. Por estas calles, telenovela que permaneció en el horario estelar desde 1992 hasta 1994, fue una de las más duraderas en la pantalla venezolana, era una historia de amor en tiempos de crisis. Su trama era una crítica social sobre la inestabilidad que vivía Venezuela en todos los sentidos. Dejaba parecer que el dinero y el poder eran más importantes que incluso la propia vida. Era el retrato de una sociedad donde el caos y la injusticia abarrotaban las primeras planas, sin embargo, los honestos con el amor y la verdad como bandera, luchan por darle un mejor futuro a las generaciones siguientes. El tema musical principal con el mismo nombre de la novela, escrito e interpretado por Giordano Di Marzo, dibujaba claramente la sinopsis de la misma y ocupó el record report venezolano por años. Para la fecha, Venezuela atravesaba una de las más inestables crisis económicas, sociales y políticas después de los sucesos de febrero y marzo del 89 conocidos como “El Caracazo” y posteriormente el Golpe de Estado del 92. Un estallido social que sacudió todos los rincones del país, el cual se encontraba sumergido en la depresión que dejaron los gobiernos de Jaime Lusinchi y Carlos Andrés Pérez, ambas gestiones manchadas de corrupción, tráfico de influencia y burocracia en el país del oro negro. Para aquella época, RCTV ganaba la batalla de la audiencia contra su principal competencia que era el Canal 4 Venevisión. La Telenovela estelar “El Desprecio” (Remake) repuntaba en el top del horario estelar (9:00 pm) y los ejecutivos de RCTV para mantener el rating pensaron en lanzar algo contundente. Eurídice Briceño, era la maestra del Barrio Moscú, representando el más peligroso de todo Caracas. Allí ella luchaba para sacar adelante a los niños y evitar que cayeran en flagelos como delincuencia, drogadicción y prostitución, a la vez que tenía que pelear cara a cara contra los jefes de la mafia del barrio. Más tarde, por un entuerto del destino se ve enredada en el asesinato de un fiscal de ministerio público quien además era el hijo del comisario general de la PTJ Capitalina. Natalio Vega, un obseso hombre quien tras su irreparable pérdida y en vista del desorden y el caos reinante en la Corte Suprema de Justicia decide tomarla por sus propias manos, asesinando a los delincuentes comunes y a los de cuello blanco, entre los que incluyó a Eurídice por pensar que habría sido ella quien emboscara a Héctor Vega para luego ser asesinado. La maestra, en vista del riesgo que corría se vio obligada a camuflarse tras la identidad de Eva Marina Díaz, nombre con el que conoce al Dr. Infante devolviéndole las ganas de vivir y de amar. Todo esto ocurre mientras en las más altas esferas del poder, los jerarcas del gobierno con sus barraganas, los carteles del narcotráfico, los jueces y sus pactaban entre whiskies y caviar para repartirse los erarios públicos mientras la gente se moría de hambre, desempleo, enfermedades, inseguridad, pobreza y miseria. “Por estas calles” era una crítica de la Venezuela de otrora, de los 90. Sin embargo, podríamos preguntarnos si tiene vigencia, definitivamente sí. 

Por las calles de hoy en día hay mucho de aquella época. Los mismos males que azotaron al país están de vuelta. El desorden y el caos reinante en las calles de nuestros tiempos se agudizan y quizás estén peor que hace más de veinte años. La estrangulación de la producción nacional bajo un modelo económico basado en improvisaciones, la falta de planificación estratégica entre el gobierno y los sectores productivos de país, la corrupción y burocracia en las empresas y organismos del estado, la perdida de la institucionalidad en los poderes públicos quienes fungen en defensa de un sistema de gobierno y han dejado de velar por las necesidades del pueblo, la injerencia directa de los líderes del ideal comunista que ordenan desde la isla de al frente y la malversación de los fondos y reservas públicas hacia otras naciones con el único fin de mantenerlos comprados con sus diplomáticos en las altas organizaciones internacionales con el único fin de mantenerse en el poder inalternativamente. 


 Todo esto está arrastrando a Venezuela hacia una bomba de tiempo que anuncia la reincidencia del colectivo a tomar las calles, la justicia por sus manos y la vía drástica para encontrar las posibles soluciones a la situación. Por las calles de hoy en día, se respira rebelión, molestia y descontento hasta en los mismos sectores donde el Gobierno tenía mayoría de apoyo hace años. Hoy más que nunca, se repite la historia que fue dibujada por la telenovela más emblemática, larga y exitosa que se haya realizado en Venezuela y que llegó a tener el 94% de Share en el ranking de las telenovelas del momento. Y si en algún momento se entredijo que podría tener una continuación, disponga de las cámaras, señor director.